La necesidad de hablar contigo, de llamarte y escuchar tu voz. De seguirte por mar y por tierra, desde entonces sin control. De golpear de noche tu ventana y escaparnos al azar. Porque ese amor que tu y yo nos tenemos ya no tiene explicación.
martes, 5 de enero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario